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¿Qué tanto sabe usted de corrupción?
 
Cualquiera de mis bellísimas lectoras y gallardos lectores puede, pudo o podría asumir el rol de víctima, colaborador, o actor que no lo quiere ver; pero todos en este bendito país mexicano hemos sido tocados por el lacerante fenómeno de la sociopatología nacional: la corrupción.
Una de tres
 
EUM SEIE 18 octubre 2017
 
No se puede soslayar la nota donde el IMCO –Instituto Mexicano de Competitividad- destaca que desterrar la corrupción en este país, tomará “Una Generación”.
No es tan largo
El proceso no es tan largo, si entendemos, como refiere el Maestro Jorge Enrique Dávila Juárez (“Sistema Político Mexicano”, 2013), que “el gran adhesivo del sistema político que conocemos, es, precisamente, la corrupción. Por eso no extraña que en el otrora partido todopoderoso, pudieran caber, desde radicales de extrema izquierda, hasta gente de ultraderecha”.
Esto significa que llegar, hasta donde hemos llegado en materia de corrupción e impunidad –solo un poco arriba de Venezuela e Irak, según datos de Transparencia Internacional al 2015- nos ha llevado algunos años en lograrlo. A contrario sensu, nos tomará algunos años más, desterrarla. Por eso no suena tan excesiva la definición del IMCO, en la voz de Manuel Molano, Director General Adjunto de la institución, en una conversación con el reportero de Forbes.
Desde luego, la corrupción y la impunidad impactan los resultados en el terreno de competitividad, estabilidad, gobernabilidad, atracción de inversiones y generación de nuevas fuentes de empleo. Y esto implica un balazo en el pie cuando pensamos en el tema de desarrollo económico, progreso material, educación y desarrollo espiritual de nuestro país.
Bienvenidos los esfuerzos
Se han auspiciado desde la sociedad –organizaciones como en las que participan Claudio X. González, María amparo Casar o Leonardo Curzio, Consuelo Mendoza desde la cúpula de los padres de familia en México, al lado de Gustavo Hoyos y Juan Pablo Castañón en la trinchera de COPARMEX o el Consejo Coordinador Empresarial, diversas iniciativas de ley que permiten asegurar que vamos en la dirección apropiada. Pero, no es suficiente.
La sola generación de nuevas leyes y creación de novedosas instituciones, no representa ningún éxito. Lamentablemente, esa es la concepción que se tiene a nivel federal, donde se sigue considerando que nombrar fiscales especiales para todo y modificando legislaciones a todos los niveles, con eso solo bastará para que los problemas se resuelvan. Es el caso de la muerte de compañeros periodistas o la presencia de los llamados “huachicoleros” que han convertido el robo de combustible en un imperio.
El otro lado oscuro
Cuando esto sucede –como penosamente lo constatamos- se abre el camino a las inversiones con dinero sucio, al lavado del propio dinero y demás actividades criminales, porque la falta de competencia, equipamiento, recursos y preparación de las autoridades, abre un mundo de posibilidades para ello. Obvio, la inversión lícita se ahuyenta.
La práctica del soborno
En una entrega genial de Forbes (“México, el país que más paga sobornos en América Latina”, Octubre 9, 2017, www.forbes.com.mx/mexico) las cifras son alarmantes: uno de cada dos mexicanos admiten haber recurrido a la práctica del soborno. En esto, México ocupa el vergonzoso primer sitio, seguirá República Dominicana con el 46% y Perú con 39%; así lo confirma José Ugaz, presidente de Transparencia Internacional en una nota para Reuters.
¿Qué proporción significa esto?
Que una tercera parte de los usuarios de servicios públicos tuvo que pagar algún tipo de soborno. En casos como los de Venezuela, Perú y Brasil, los escándalos están a la orden del día. En México, los detalles se encuentran en el documento encabezado por la Dra. Ampro Casar, intitulado “México, la gran estafa”, y con ello, la decepción de los ciudadanos, el quiebre de credibilidad de las autoridades y el alejamiento preocupante en el tema de participación ciudadana, porque el 47% de los encuestados señaló a los policías y políticos como “los más corruptos.as estadísticas globales también son alarmantes (Cfr. Op.Cit) “73% de los venezolanos aseguró que la mayoría o todos sus efectivos policiales son corruptos; mientras que en el caso de los representantes electos, el país con peor imagen es Paraguay (69%), seguido por Perú (64%) y Chile (62%)”
¿Por qué no empezar desde casa, hablando y actuando sobre la importancia de la honestidad, el conducirnos con verdad a toda costa?
Sería un buen inicio.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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