Para ser un guerrero del ejército de Dios debes tener:
Fe, Honor, Nobleza, Humildad y Amor al prójimo…
¿Conoces de cerca a alguna persona que espera un transplante?
Ojalá pudieramos ver la cara de los miles de pacientes en espera de la donación de un órgano que les permita seguir viviendo con una mejor calidad de vida, saber su pensar, su sentir y también de los pacientes que ya han sido bendecidos por un trasplante para conocer su experiencia de tener una nueva vida.
Si la Secretaría de Salud tiene una esencia de ser, esta es de hacer siempre todo lo posible por los enfermos de mayor gravedad.
En México, las campañas de donación de órganos solo se hacen cuando es su día conmemorativo, cuando lo deberían de hacer permanentemente, debemos crear conciencia, establecer un programa acerca de la donación en todos los niveles de educación, que nuestros hijos conozcan de la necesidad de las personas con un deterioro de su salud y que quien quiera pueda darlo.
¡Qué hermoso gesto! Me refiero a donar, a dar tu sangre, a que tus órganos sirvan en otros cuando tengas que partir, es contribuir a que otras personas que no tienen buena calidad de vida la puedan alcanzar finalmente, con el apoyo de gente solidaria de forma auténtica y determinante.
Quien depende de una máquina para poder vivir, desea ser independiente y poder estar sano para ser productivo, el ciego, solo anhela ver, le puedes contar sobre el color del mar, pero siempre querrá verlo por sí mismo, con sus propios ojos.
El que está postrado en una silla de ruedas solo quiere levantarse.
Solo quienes han vivido en carne propia la pérdida de la salud y están en espera de un donador para un trasplante, se sabe exactamente lo que se siente, decaimiento, desánimo, desesperanza, los síntomas de la enfermedad en sí, y cuando ya han sido trasplantados se comparte la alegría, las bondades de haber recibido otra oportunidad de vida, sería injusto obviar el papel del médico y todo un equipo que hace posible algo semejante. Siempre van a estar unidos a sus pacientes, compartiendo además del exito de la operación, el devenir futuro de ese paciente que tiene otra oportunidad, una mejor calidad de vida.
Es maravilloso ver cuando se junta un gesto de solidaridad con la mejoría de la calidad de vida de un ser humano, impulsando una a la otra en los casos que más se necesitan, para lograr este fin llamado bienestar.
Ponerse en la piel de alguien que espera un trasplante de corazón, hígado, riñón, pulmón o cualquier otro órgano, es más que necesario para sentir realmente las injusticias de la vida en cuanto a la pérdida de salud se refiere.
COMPARTE TU VIDA…
COMPARTE TU DECISIÓN…
SÉ UN DONADOR.
Yo soy Donante de Órganos, ¿y tú?
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