Por “natural” entendemos aquello relacionado con la naturaleza y, por ésta, la esencia y propiedad característica de las cosas en cuya creación no ha intervenido el hombre.
José Bolio Halloran
EUM SEIE 12 octubre 2017
Basados en la definición anterior y en el hecho de que el hombre, aunque contribuye a la perpetuación de la especie a través de la procreación, no intervino en su propia creación, podemos afirmar que tampoco tuvo injerencia en las características propias de su ser, dentro de las cuales está su sexualidad.
Si observamos en conjunto las características sexuales de los dos géneros que conforman nuestra especie, veremos que tanto física como emocionalmente, es natural que los hombres se sientan atraídos por mujeres y éstas por aquéllos, teniendo como fin último la perpetuación de la especie.
Lo anterior no quiere decir que no pueda suceder, como sucede, que una persona, por los factores que hayan sido, se sienta atraída por alguien de su mismo sexo; pero que pase, no implica que sea algo natural y, mucho menos, que sea deseable.
Y no es deseable por la sencilla razón de que cuando alguna cosa o, peor aun, algún ser (en este caso, humano) va en contra de su propia naturaleza, éste no cumple su fin y, por lo mismo, no se realiza en plenitud.
Voy a dar un supuesto quizá burdo, pero ejemplificativo:
Pensemos en un partido de tenis en el que uno de los jugadores se presenta a la cancha con un bate de béisbol en lugar de con una raqueta. En primer lugar, iría contra las reglas del juego; pero supongamos que, por presión de los espectadores, el árbitro lo permite. ¿Estamos de acuerdo en que la naturaleza de un bate de béisbol es precisamente ser utilizado para golpear una pelota de béisbol? Sí. ¿Estamos de acuerdo en que, de hecho, se le podría pegar a la pelota de tenis con un bate de béisbol? Sí. ¿Estamos de acuerdo en que ese bate de béisbol sería más útil precisamente en un juego de béisbol? Sí. ¿Estamos de acuerdo en que aquel “innovador” jugador de tenis no podría jugar tan bien como su conservador y “anticuado” contrincante? Sí. Aquellos que tenemos mínima noción del tenis y un poquito de sentido común, sabemos que el jugador del bate de béisbol perdería el partido. ¿Es natural o “normal” que un bate de béisbol sea utilizado para jugar tenis? No. ¿De facto se puede utilizar un bate para jugar tenis? Sí. ¿El propósito o fin último de cualquier juego es ganarlo, no? Entonces podemos afirmar que el jugador que no respetó la naturaleza de las cosas, si bien “jugó”, nunca tuvo posibilidades de ganar el juego. Por ello, podemos afirmar que algo que no es natural tampoco es deseable.
Entonces, resumiendo, que algo de hecho pase, no lo convierte en natural, como veremos a continuación.
Podemos decir que la homosexualidad es tan natural como…
-Que el hombre le pegue a la mujer.
-Que las mujeres maten a sus hijos.
-El bisoñé de Trump.
-Querer comer por la nariz.
-Que alguien se enamore de su hijo.
-Que una persona se quite la propia vida.
-Jugar tenis con un bate de béisbol.
Y no es porque lo diga la Biblia. Que sí lo dice, sino porque lo dice el sentido común. Así como al final de las películas aclaran: “En la filmación de esta película ningún animal fue realmente dañado”, así también los que defendemos lo natural, para evitar descalificaciones, tenemos que señalar al final de cada opinión: “En este escrito no se utilizó ni un solo argumento religioso o bíblico”.
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