Dada la muerte del físico británico Stephen W. Hawking. En las redes sociales algunos cibernautas publicaron “memes” haciendo burla de su ateísmo como es el siguiente: “Hawking cuando estaba vivo dijo que Dios habría muerto, ahora Hawking está muerto, pero Dios está vivo”.
Carlos Ramos Rosete
No hay que olvidar que la palabra ateo es una palabra relativa. En efecto, el ateísmo es la postura que niega la existencia de Dios, pero he aquí la pregunta: ¿a qué Dios nos referimos? Me imagino que la mayoría, si no es que todos los lectores de estas líneas son ateos, si por Dios, o más bien dios, se entiende a Huitzilopochtli. ¿Cuál es entonces el ateísmo de Hawking?
Según Hawking, la teoría del Big Bang planteada desde la teoría de la relatividad general termina en una singularidad, es decir, en un punto de inicio en donde las leyes de la física se anulan. A partir de lo anterior existe un hueco que la física no puede explicar y esto abre la posibilidad de que exista un Dios creador que podría plantearse como causa del mismo Big Bang del cual evolucionó el universo hasta el momento presente.
Ahora bien, Hawking junto con otros físicos han sido pioneros en buscar las bases de una teoría denominada, entre otros nombres, como “De gravedad cuántica”. Una teoría que resolvería aquella singularidad llenando aquel hueco que la teoría de la relatividad general no puede llenar.
De hecho, Hawking llegó a escribir en su libro “Historia del tiempo” del Big Bang a los agujeros negros lo siguiente:
“La teoría cuántica de la gravedad ha abierto una nueva posibilidad. No existiría ninguna singularidad en que las leyes de la ciencia fallasen y ningún borde del espacio-tiempo en el cual se tuviese que recurrir a Dios o a alguna nueva ley para que estableciese las condiciones de contorno del espacio-tiempo. Se podría decir: . El universo estaría completamente autocontenido y no se vería afectado por nada que estuviese fuera de él. No sería ni creado ni destruido. Simplemente SERÍA.”
Después de leer el anterior párrafo, se podría pensar que el universo no habría sido creado por Dios, y por lo tanto, Dios como creador del universo es una hipótesis inútil.
Así como el ateísmo es relativo al Dios del cual se está hablando, también existen distintas razones por las cuales puede argumentarse a favor del ateísmo. El ateísmo de Hawking sería un ateísmo argumentado desde los conocimientos de la física, o más propiamente hablando, un ateísmo por razones científicas.
La pregunta central aquí es: ¿cuál es el Dios cuya existencia se suprime ante la posible consolidación de una teoría de la gravedad cuántica?
Si el Big Bang visto desde la teoría de la relatividad general dejaba un hueco en la singularidad inicial para colocar ahí el acto creativo de Dios, la realización de una teoría de gravedad cuántica implicaría que el universo estaría autocontenido, léase, explicado físicamente en sus orígenes, desplazando cualquier acto creativo y, por ende, a Dios.
Así pues, Dios caduca ante el avance científico, y lo anterior se debe, ante todo, porque la noción de Dios que Hawking asume es la de un Ser Supremo que ha creado el universo como una suprema causa mecánica, o sea, como el Super-eslabón primigenio de una cadena de eventos que comienzan en el Big Bang y se concadenan hasta el presente.
Este Dios tapa-agujeros es planteado como un Ser Supremo que debería explicar lo que la ciencia no podía explicar. Este Dios puede morir en caso de que la teoría de la gravedad cuántica encuentre su posible consolidación en este siglo XXI.
La pregunta que queda en pie es la siguiente: ¿esa es la noción de Dios de la tradición cristiana en su perspectiva metafísica u ontológica?
Stephen W. Hawking ha muerto, en caso de ser exitosa su teoría de la gravedad cuántica, el Dios entendido como causa mecánica creadora de universo también muere, pero el Dios de la tradición cristiana en su perspectiva metafísica no depende ni del éxito o fracaso tanto de la teoría relatividad general, ni de la teoría de la gravedad cuántica.
El problema es que muchos lectores de Hawking, y el mismo Hawking, no advierten la diferencia entre un Dios como causa creadora mecánica y un Dios como causa creadora metafísica.
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