Una vida tan normal como cualquier persona sin imaginar que pudiera estar enfermo, así es como la mayoría de los enfermos que no saben que tienen viven.
Por Mayela Pulido
EUM SEIE 12 agosto 2025.-
Una de las enfermedades silenciosas es la enfermedad renal, a menos que haya cálculos que causan cólicos nefríticos, no duele.
Hay un estudio bastante fácil que deberíamos hacernos todos para descartar que algo no está bien en nuestro cuerpo con nuestra salud.
Si tuviéramos la disciplina de hacernos un análisis de orina por año, sería algo muy bueno para prevenir y saber que todo funciona bien.
Cuando los riñones están en un proceso de desgaste no hay forma de detenerlo, es progresivo y tarde o temprano hay que suplir sus funciones con un tratamiento llamado diálisis o hemodiálisis, o con un trasplante.
Esta noticia de saber que algo está mal, es muy angustiante además de no saber que pasará con la vida misma.
Así con todos los medios y peor aún sin ellos, se necesitará un trasplante de riñón.
Si el cuerpo está lleno de toxinas, que el riñón ya está haciendo su función de sacarlas del cuerpo, hay que seguir con el procedimiento antes mencionado.
Muchos pacientes con insuficiencia renal creen por optimismo o falta de información, que la diálisis es un método paliativo y temporal, es por falta de información.
Cualquiera que sea el tratamiento elegido, la diálisis llega a ser devastadora en muchos sentidos y representa un elevado costo en tiempo, dinero y energía, además de un desgaste emocional, sobretodo ante un horizonte existencial tan corto como estos tratamientos aseguran.
Conforme avanza el deterioro, la mayoría de las personas afectadas pierden calidad de vida. Muchas veces se ven obligadas a dejar sus ocupaciones, incluso a perder su empleo por golpe que esto representa para sus finanzas.
Los pacientes con pocos recursos, por lo general no pueden solventar estos gastos. Para ellos afrontar la terapia mientras siguen trabajando, es un sacrificio físico y económico gigantesco.
Los enfermos se vuelven cada vez más dependientes y la dinámica familiar altera por completo de forma dramática, solo viven para dializarse y solo gracias a ella viven.
La vida pierde todo su encanto, disfrutarla en esas condiciones no es imposible, pero sí muy difícil.
La dieta es estricta inhibe el placer de comer, en esas condiciones recuperarse del cansancio y la debilidad lleva tiempo, casi el mismo que transcurre hasta la siguiente visita al hospital. Es una carrera de obstáculos interminables.
De pronto los hospitales se vuelven la segunda casa, se conocen gentes maravillosas y algunas se vuelven amistades que jamás se olvidan, todos los pacientes se vuelven soldados, guerreros en contra de su enfermedad.
No todos tienen la misma suerte, algunos son abandonados por sus familiares con la más absoluta falta de humanidad.
Hay momentos muy dolorosos cuando se sabe que un paciente perdió la batalla contra su enemigo de su propia enfermedad.
Que podemos hacer nosotros ante esas situaciones que viven esas personas?
Si es nuestro familiar, es muy importante estar con ellos, apoyarlos no dejarlos solos, no temer, extender nuestra mano y si eres la esperanza para que él no muera,
hacer lo que nos toca, si eres ese ángel que puedes dar y ayudar, hazlo, no temas, es más triste perder una vida que el mismo miedo de no ayudar.
La felicidad es disfrutar a la gente que amamos, a la que ayudamos y demos gracias a Dios que nosotros no estamos pasando esa situación, que estamos en el lugar de dar y no de esperar…
Ser donante de órganos y dar vida en vida o después de tu vida, es el acto de amor más grande que podemos hacer como verdaderos seres humanos!!
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